[av_submenu which_menu=» menu=’173′ position=’center’ color=’main_color’ sticky=’aviaTBsticky’ mobile=’disabled’]
[av_heading heading=’Carta de Raúl Roa a Luis Saíz’ tag=’h3′ style=» size=» subheading_active=» subheading_size=’15’ padding=’10’ color=» custom_font=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» admin_preview_bg=»][/av_heading]
[av_textblock size=» font_color=» color=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» admin_preview_bg=»]
«No puedo, ni podría, aconsejarte resignación. No puedo, ni podría proporcionarte consuelo alguno. La resignación y el consuelo son vana retórica en trances como éste. Baste decirte que, como padre, lo siento, siento como propia tu desolación; y como padre, sólo cabe desear que esté cercano el día en que la sangre inocente de tus hijos – semilla generosa – deje de clamar justicia e irradie luz serena en el recuerdo.
Las circunstancias lo han convertido en símbolo y como mártires pasarán a la historia. No en balde la conciencia toda del país se ha sublevado contra tan abominable crimen, rompiendo el silencio de espanto en que vivimos sumidos.
«Mi mujer me encarga les patentice su plena identificación en esta hora cargada de tribulaciones. Y tú recibe, con tu esposa, un apretado abrazo de condolencia y amistad de
Raúl Roa.
[/av_textblock]