Para muchos cubanos hoy, la figura de Fidel Castro y lo que representa no es más que un ejemplo de valentía, libertad, compromiso y parte fundamental de un proceso revolucionario que cambió no solo a un país, sino también una ideología.
Los testimonios sobre la vida y obra del Comandante son infinitos. Algunos lloran al recordarlo. Otros se emocionan y dicen que Fidel no murió, sino que su pensamiento y encomienda permanecerán vigentes.
Siempre apoyó la creación de varias instituciones políticas, sociales y culturales del país que estaban dirigidas a la formación integral del cubano. Un ejemplo de esto es la creación del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
«Era necesario poder conformar un movimiento de solidaridad con Cuba en países de los diferentes continentes, así se podía corroborar la veracidad de que, en Cuba estaba creándose una Revolución auténtica, por los humildes y para los humildes, con un líder tan grande como él», afirma Sergio Abreu, delegado del ICAP en Pinar del Río.
«Fidel fue el artífice fundamental de este instituto. A partir de los primeros años de la Revolución él concretaba acciones de solidaridad. Es un ejemplo de líder, ya que siempre tuvo muy presente la solidaridad con otros pueblos».
«A través de estos años el ICAP, hacedor de ideas, de solidaridad y de amistad, un logro para los estudiantes de otras nacionalidades que han cursado diferentes carreras universitarias, materializando sus conceptos de que Cuba es solidaria con todos y capaz de compartir su obra, por lo que Fidel ha sido un ejemplo de estos pensamientos, y lamentamos mucho lo sucedido, pero su espíritu y legado quedan con nosotros, cumpliendo su concepto de Revolución».
Por otra parte, la Unión Nacional de Artistas y Escritores de Cuba (UNEAC), representada en Pinar del Río por su presidente Juan Ramón de la Portilla testimonia:
«Fidel es el fundador de la UNEAC. Con su creación en el 1961, en un momento muy tenso para la Revolución cubana, donde suscitaron una serie de encuentros con los intelectuales cubanos, se originó un documento, que luego pasaría a la historia conocido como Palabras a los Intelectuales, pero que en ese momento no fue más que un discurso de clausura de estos espacios que tuvo Fidel con la intelectualidad de la época».

«Sin embargo, ese texto tan importante, que se ha citado tanto, nos ha acompañado y servido de guía para la práctica cultural en Cuba durante todos estos años, y ha permitido dirigir el rumbo de la política cultural del país».
«Por tanto, la figura del Comandante es fundamental. Pocos días después de que se pronunciara este discurso, Fidel y los intelectuales de ese momento inauguran el primer congreso de la Uneac, un suceso muy importante, porque en él se debatieron temas de suma importancia para muchos artistas y escritores cubanos».
Ya más reciente, una de las organizaciones más jóvenes de la Isla, la Asociación Hermanos Saíz, también tuvo el privilegio de contar con el apoyo del líder histórico de la Revolución cubana.
Dennys Pérez Acanda, presidente de la AHS en la provincia, alega que la pérdida que está sufriendo el país en estos momentos es bastante dolorosa, pero no solo en nuestro territorio, sino para el resto del mundo, y sobre todo el arte cubano.

«Desde las artes, Fidel es protagonista de una gran obra de arte del siglo XX, que es la Revolución cubana, legado que, desde los jóvenes nos toca defender, porque somos escudo y espada de la nación».
«Recuerdo el primer congreso de la AHS, estuve como miembro, y ahí pude constatar el apoyo hacia la institución, hacia la vanguardia del arte joven, depositó toda la confianza en el joven cubano, porque la Revolución la hizo él siendo joven, confió hasta el último momento en los jóvenes, en su rebeldía, en sus deseos de hacer, de crear».
«Como artistas y jóvenes creadores debemos mantener este legado que nos ha dejado«.
Tomado: Guerrillero digital