El abracadabra de Joel
Es usual encontrarse en la calle a un joven que hace magia. Lo mismo puede ser con la grabación de un programa televisivo que por su cuenta. Cuando llega a un lugar todos dejan lo que están haciendo y solo se dedican a mirar los trucos que hace.
La cartomagia es su especialidad, eso no quiere decir que conozca más, pero es con las cartas que Joel López Jerez, se siente cómodo y confiado, además de que –con un mazo de cartas se puede hacer un espectáculo de 45 minutos o más, son toda una joya en la magia- comenta.
Desde temprana edad comenzó en este mundo. Gracias a su amigo y compañero de aula Maikel, que le enseño un truco con cartas, de esos que hacen los niños. Un día, por cosas y casualidades, conoce una persona que le cambio toda la visión que tenía con respecto a la magia y sus estudios.
Cautivado por este mundo, Joel ingresa en la Escuela Nacional de Circo en una etapa que la escases de magos estaba azotando los espectáculos, por lo que el momento fue ideal, convirtiéndose en el segundo mago pinareño que estudiaba allí.
La reputación de ¨el Mago¨ ya estaba hecha en la ciudad pinareña, años antes de entrar a esta institución estudió el tiro deportivo, pero siempre, a todo el que llegara tanto a su casa o una competencia, él se enfocaba en sus trucos y todos querían verlo.
¨Cuando era pequeño, y llegaba visita a mi casa lo primero que les preguntaba era si conocían un truco con cartas o algo con magia, y eso me daba la oportunidad de mostrar, a quien fuera, lo que era capaz de hacer¨.
Cuatro años de estudio y graduándose de Mago profesional, fue uno de su triunfo mayor logrado. Trabajar durante años en la docencia en la Escuela Nacional de Circo, conocer lugres y personas que le dieron la oportunidad de convertirse en un mago excepcional.
Desde los muchachos del barrio, desde que estaba en séptimo grado, hasta mismo Reynaldo Taladrid, quien le dio la oportunidad de ser parte de un programa televisivo, Joel es reconocido en nuestro territorio, todos los ven y el gesto es -¨llegó el Mago¨-.
¨En Pinar sólo hay dos graduados de esta escuela, en ella me enseñaron todo lo correspondiente a los trucos de magia, toda la parte técnica que debía conocer, y me dio las herramientas, para hacer, lograr que el público entonces crea el acto, que se vea en la necesidad de conocer más¨.
¨La lógica te indica que hay que creer esperanzas, que las cosas pueden funcionar aunque las perdonas no crean o no, y la magia logra todo eso, en conjunto con el mago, somos capaces de romper esas leyes¨.
¨Cuando descubrí la magia le encontré sentido a muchas cosas. Supe desde el primer momento que me quería dedicar por completo a ella, no hay nada más, ella por si sola tiene su encanto y te atrapa. En vez de decir voy a trabajar yo sólo digo, me voy a divertir¨.
Con una formación casi empírica en sus primeros años, la diversión que supone para el la magia es gratificante, con alegría en su rostro se puede notar que el amor que tiene por esta profesión cruza barreras de todo tipo.
¨Es imposible saberse todos los números con cartas, –afirma- no todos los magos sabrán hacer un ilusionismo o hacer desaparecer una mujer, o clavarle las espadas, pero al menos si conocen de cartas¨.
¨El público pinareño es muy agradecido, pero necesita más magos, más espectáculos de este tipo. Me he dado cuenta de que son curiosos, y este acto siempre atrae muchas personas, y aunque haya más que se dediquen a esta profesión en la provincia, no es suficiente¨.
¿Pero, porqué las cartas?
Es un accesorio fácil, siempre las llevas en tu bolsillo y sea el lugar que sea las puedes sacar sin problema alguno. Para un mago es muy cómodo estar así, y además siempre tiene algo que no se espera, el elemento sorpresa¨.
Joel ama su trabajo, lo que hace, cuando va por la calle muchos lo paran que les haga un truco con las cartas, esa atención que le prestan le gusta, así como ayudar a ñas personas, es un momento de paz donde hace que las personas olviden los problemas y se concentren en la magia.